Curiosamente para estudiar el Sol debemos emplear espectroscópios dado que las temperaturas e irradiación impide que nos podamos acercar. En base a las líneas espectrales se obtiene la composición de la región externa, la llamada fotosfera solar. Y, aunque te sorprenda, también estudiamos su composición inicial en base a estudios microscópicos y composicionales de los materiales primigenios que se llaman condritas carbonáceas. Hay un grupo de esas condritas denominado CI que poseen las abundancias químicas más semejantes a la composición solar.
¡Hola! Yo realmente no investigo el Sol, sino que trato de buscar materiales que sean capaces de absorber su luz y su energía. Para ello, lo que tenemos en el laboratorio son lámparas que lo que hacen es imitar la luz y la energía del Sol. Se llaman simuladores solares y, para que nos entendamos, son como soles en miniatura, y con ellos iluminamos nuestros materiales para comprobar si son útiles para las aplicaciones que buscamos.
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